“Estamos conmovidos y muy tristes por la partida de esta gran mujer maulina, intérprete, maestra y creadora de una escuela en torno a cantos y bailes tradicionales de Chile”, afirmó el Director Regional de Cultura.
Su más profundo pesar por la muerte de Margot Loyola Palacios, destacada folclorista maulina e incansable investigadora de las raíces de la música chilena, expresó esta mañana el Director Regional de Cultura del Maule, Edgardo Cáceres Muñoz.
“Estamos conmovidos y muy tristes por la partida, a los 96 años de edad, de esta gran mujer maulina, intérprete, maestra y creadora de una escuela en torno a cantos y bailes tradicionales de Chile, convirtiéndose en una embajadora de nuestra cultura y patrimonio folclórico”, aseveró la autoridad.
“Margot Loyola representa desde la música, al igual que Violeta, el vínculo más profundo con las raíces culturales de nuestro país. Ciertamente es mucho más que un símbolo patrio, en esencia es la patria misma, porque constituye parte fundamental del componente humano de nuestro país, porque lo central en la patria son las personas que la habitan”, añadió Cáceres.
“Margot fue habitante apasionada de nuestras raíces y exponente de los mejores frutos que nacen del ser humano. Nos lega para siempre la belleza de su música y su canto”, expresó.
El Director Regional de Cultura finalizó sus sentidas palabras indicando que “Margot no tiene otro destino que ser una chilena eterna y en ese sentido no ha sido casual su rol como embajadora cultural de Chile ni el haber recibido el reconocimiento como Premio Nacional de Artes Musicales 1994, siendo la primera folclorista en Chile en obtener este importante galardón”, concluyó.
Despedida
Edgardo Cáceres llamó a los maulinos y maulinas a acoger la invitación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a despedir a “las más chilena de todas”, quien será velada en el Centro Cultural Palacio La Moneda, para recibir el último adiós de todos los chilenos, quienes podrán acercarse con pañuelos blancos para despedir a la folclorista.
“La obra de Margot es un regalo inolvidable y vital para todos los habitantes de Chile”, dijo el Ministro de Cultura, Ernesto Ottone, tras conocer la noticia del fallecimiento de la folclorista.
A las 12:00 horas de este martes se le rendirá un homenaje en la sede de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) y, posteriormente, sus restos serán velados en el Centro Cultural Palacio La Moneda a partir de las 13:00 horas, hasta donde todos los chilenos que se quieran acercar, podrán llevar pañuelos blancos para despedirla.
El Secretario de Estado destacó: “Margot Loyola logró recopilar una historia y un conocimiento que Chile tiene que descubrir y valorar. Como Consejo de la Cultura tenemos el deber de garantizar que este saber se transmita a las futuras generaciones”.
Durante 2014 el Consejo de la Cultura (CNCA) y la Academia Nacional Tradicional Margot Loyola Palacios estuvieron trabajando en fórmulas para avanzar en una alianza que salvaguarde la cultura popular chilena.
En 80 años de trayectoria, Margot Loyola investigó y divulgó extensamente las danzas y canciones folclóricas y populares de Chile. Junto a Violeta Parra y Gabriela Pizarro, es considerada una de las tres investigadoras fundamentales del folclore nacional.
Su legado
Nacida el 15 de septiembre de 1918, en Linares, inició su carrera artística a los 13 años, cuando fundó el dúo “Las Hermanas Loyola”, con Estela Loyola. En 1949 fue monitora de cueca en las “Escuelas de Temporada” de la Universidad de Chile, iniciativa que en 1953 da origen al “Conjunto de Alumnos de Margot Loyola”, que años después derivó en el Conjunto Cuncumén, del cual fue voz solista Víctor Jara.
En 1972 ingresó como docente al Departamento de Etnomusicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y en 1993 recibió la distinción “Figura fundamental de la música chilena”, entregada por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD). En 1994 se convirtió en la primera folclorista que recibió el Premio Nacional de Arte y cuatro años después fue nombrada Profesor Emérito de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
En 2001 recibió el “Premio a lo Chileno”, mientras que en 2010 fue reconocida como Doctor Honoris Causa por la Universidad Arturo Prat de Iquique.
Su discografía abarca más de una quincena de álbumes, además de diversas participaciones en discos colectivos y colaboraciones con artistas como Violeta Parra, Víctor Jara, Pablo Neruda, Isidora Aguirre, Malucha Solari, Alejandro Jodorowsky, Luis Advis, Gepe, y Nano Stern. Entre sus publicaciones destacan Bailes de tierra (1980), El cachimbo (1994), La tonada: Testimonios para el futuro (2006) y La cueca, danza de la vida y de la muerte (2010).
En septiembre de 2014 con su marido, el folclorista e investigador Osvaldo Cádiz, publicó el libro “50 Danzas Tradicionales y Populares en Chile” de Ediciones Universitarias de Valparaíso, financiado por el Fondart 2014 del CNCA y presentado por la Presidenta Michelle Bachelet.