Ochenta aventureros se atrevieron con el “Desafío Traluñé” en Molina

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La actividad partió desde la Casa del Turista, allí, a eso de las 08:00 horas, se le facilitó a cada participante una colación saludable junto a bebidas isotónicas.

MOLINA.- Un encuentro con las raíces de la tierra, con la pureza del aire cordillerano y con el sentido de comunidad. Bien podría definirse así lo que fue el “Desafío Traluñé”, actividad en donde más de 80 personas ascendieron al cerro del mismo nombre en Molina.

La iniciativa corresponde a una ya tradicional escalada familiar que organiza la Corporación Municipal de Turismo, en conjunto con su similar de Deportes, teniendo como principal tónica el cuidado del entorno y la consecución grupal de objetivos.

Durante toda la semana se estuvieron realizando las inscripciones para tomar parte de la actividad, con un valor de solo tres mil pesos. En esta oportunidad, la propia alcaldesa, Priscilla Castillo, estuvo en el grupo de excursionistas.

Los valientes que se la jugaron con este desafío partieron desde la Casa del Turista, recinto ubicado en plena Plaza de Armas. Allí, a eso de las 08:00 horas, se le facilitó a cada participante una colación saludable junto a bebidas isotónicas para recuperar sales.

La travesía propiamente tal dio comienzo en las faldas del cerro Traluñé, el cual debe su nombre al ave denominada “traru”, pero cuyo uso lingüístico por los lugareños fue derivando en el ya conocido nombre de la montaña.

Tras informar acerca de las medidas de seguridad, el personal municipal guió a los excursionistas por el sendero que llega a la cima, sorteando diversos obstáculos naturales y manteniendo siempre a un grupo de avanzada y a otro de rezagados.

Tras contemplar la inigualable vista, tomar fotografías y hasta darse maña de bailar cueca, el grupo inició el victorioso descenso, llegando “a tierra”, alrededor de las 16:30 horas.

“Me invitaron unos amigos y dije, ¿por qué no?”, dice Marisela Ríos, acerca de cómo se enteró del evento. “Si bien hubo lugares a los que costó llegar, finalmente se pudo. Me sirvió para conocer gente nueva y para adentrarme en el deporte. Ojalá se pueda repetir en algún momento”, añadió.

En tanto, Marcelo Martínez, otro de los senderistas, reconoció que “yo había hecho este recorrido ya en bicicleta, pero nunca había llegado hasta la antena. Fue realmente todo muy bonito y se veían las ciudades desde arriba”.

“Ha sido una experiencia espectacular, porque no solo se cultiva un cuerpo sano, sino que también uno puede hacer nuevas amistades y conocer la importancia real de cuidar nuestro entorno, para que las nuevas generaciones puedan conocer y disfrutar de todas estas maravillas naturales”, comentó la alcaldesa Priscilla Castillo, agregando que “los dejamos a todos invitados para que participen”.

Como todos los años, la serie de desafíos se repetirá, siendo el próximo en el Cerro Fraile, llamado así por su cima llena de rocas que emula la calva de uno de estos icónicos sacerdotes. La fecha está todavía sujeta a confirmación.