Patricio y Felipe, no solamente comparten un trabajo en común al interior del Sename, también los une el lazo de fraternidad y compañerismo de ser bombero y el haber combatido las inclementes llamas que afectaron a la región del Maule, en el incendio forestal más grande de la historia de Chile.
El ADN solidario del chileno aflora frente a las peores catástrofes, ese sentir aguerrido y de resiliencia fue la que se vio en miles de compatriotas que de manera inmediata comenzaban a ayudar a los afectados por los incendios forestales de la zona Centro Sur del país. Es así que ciudadanos y el Estado por medio de sus instituciones públicas comenzaban a gestionar apoyos para más de 7 mil damnificados a causa del indolente fuego.
El tradicional y característico dicho de la idiosincrasia chilena dice “bombero chico bueno”, frase que se encarna perfectamente en la heroica labor bomberil realizada por dos funcionarios del Servicio Nacional de Menores (Sename) de la región del Maule. Se trata específicamente de Patricio Mella Sepúlveda, de 38 años de edad, de profesión psicólogo, quien se desempeña como interventor clínico desde hace ocho años en el Centro Semi Cerrado de Talca, y Felipe Ramírez Cárcamo, de 31 años de edad, asistente social y gestor de redes de la dirección regional del Maule desde el año 2014.
Vocación de servicio
Patricio y Felipe, no solamente comparten un trabajo en común al interior del Sename, también los une el lazo de fraternidad y compañerismo de ser bombero y el haber combatido las inclementes llamas en Empedrado, Las Corrientes, Nirivilo, Colin, Las Corrientes, Tabunco, Llongocura, Deuca y en la arrasada localidad de Santa Olga, lugar en que ambos se encontraron y enfrentaron la emergencia, ya sea desde apagar el fuego hasta apoyar en la evacuación preventiva.
La historia de ambos voluntarios inicia muy temprano en sus vidas, Patricio ingresó a los 22 años de edad, a la Primera Compañía “Bomba Talca”, lugar en el que ha sido, secretario, instructor de las brigadas juveniles, instructor de la Academia Nacional de Bomberos, teniente 3ro, teniente 2do, teniente 1ero, capitán, y actualmente 2do comandante de la institución. “Mi madre cuenta que cuando niño, todos los días que íbamos al centro, y de vuelta obligadamente teníamos que pasar a un cuartel de bomberos que quedaba de camino, a mirar los carros y a conversar con los bomberos.
Por su parte, Felipe ingresa a los 23 años de edad al servicio activo en la Segunda Compañía de Bomberos de Gualleco (comuna de Curepto), siendo director y actualmente teniente primero. Él se inspiró en la figura de su padre, quien fue voluntario fundador y quien inculcó la vocación de servicio. “Ver a mi padre con uniforme te inyecta la fantasía de ser bombero desde muy niño. Lo que se suma a mi espíritu social que me incitó a estar en las filas de la institución bomberil, por todo lo que significa voluntario en un país donde prima el individualismo por sobre lo colectivo”.
Amor por el otro: “hasta dar la vida si fuera necesario”
El cansancio no fue impedimento para que Patricio y Felipe cumplieran con su destacada labor, aportando desde el 20 de enero hasta el 28 del mismo mes, más de 20 horas de servicio en la extinción de los incendios forestales y de rescate hacia los afectados. “Al ingresar a la institución, hicimos un juramento por el necesitado el que concluye en “hasta dar la vida si fuera necesario”, la recompensa en ese sentido es la satisfacción de realizar un trabajo bien hecho. Sin embargo, el sentimiento más grande, es de orgullo por todos los bomberos y bomberas que mostraron una vocación y un compromiso fuera de lo normal”, expresó el segundo comandante Mella.
Similar opinión expresó el teniente primero Ramírez “el ser bombero significa tener amor por el otro, por el que sufre, amor por el que es de tu misma clase. Me llena de energía cuando los niños te miran con asombro, como si uno fuera un súper héroe de los que se ven en las películas, por la niña que te mira con ojos de esperanza, por la persona que te saluda en la calle, por el que te pide una foto, por el que te brindaba un vaso de agua fría y refrescante. Ellos son mi inspiración para combatir lo que llamábamos la bestia”.
El orgullo de la familia
A medida que iban pasando los días y se sabía la triste noticia de la muerte de dos bomberos, dos carabineros, tres brigadistas y cuatro civiles, se instalaba a la vez la preocupación y temor de la familia de Patricio y Felipe, quienes desde el inicio de sus labores sabían muy bien su destino, pero desconocían si retornarían sanos y salvos a casa. “Mi familia siempre me ha apoyado en esta labor. No dudo que cuando salgo queda la preocupación instalada en mi hogar. Pese a lo anterior, me dicen que cuide a los bomberos, sobre todo a los nuevos, ya que muchos accidentes vienen de la falta de experiencia y del exceso de ímpetu juvenil”, comentó Patricio.
“Mis padres, hermanos y novia se asustan, porque piensan que puedo actuar en forma tal que pueda poner en peligro mi vida. Yo claramente les doy la tranquilidad de que no es así, más cuando desde mi función de teniente, me debo a la seguridad de mis voluntarios. Quizás muchas veces estuvimos en peligro o cercados por el fuego, pero ahí se debe tener la tranquilidad de proceder. Porque no somos superhéroes, actuamos con nuestras limitancias, pero con la convicción de servir al desvalido”, finalizó Felipe.
Apoyo de la jefatura
A pesar de la catástrofe, hubo situaciones anecdóticas difundidas por los medios de comunicación que afectaron a algunos voluntarios del país, quienes eran limitados por su empleador para no participar de la emergencia, lo que atentaba contra el Código del Trabajo, específicamente en Articulo 66 “voluntarios del Cuerpo de Bomberos estarán facultados para acudir a llamados de emergencia ante accidentes, incendios u otros siniestros que ocurran durante su jornada laboral”.
“Cuando fueron los incendios forestales me comuniqué con la directora regional a fin de solicitar autorización para participar de la emergencia, a lo que la directora de inmediato me dio todas las facilidades y tranquilidad para cumplir con mi labor y ayudar a quienes vivían en carne propia la desgracia. Sé que la ley me respalda, pero el apoyo que me entregó la directora fue muy valioso”, argumentó el segundo comandante Mella.
Andrea Arcos, directora regional (s) agradeció la desinteresada labor de los cuatro funcionarios del Sename que cumplieron heroicamente con su deber de bombero, notificando a los voluntarios de una anotación de mérito. “Expreso mi más profunda admiración para Patricio Mella, Felipe Ramírez, Melvin Vergara y Jorge Aburto, hombres que desde su valor y constancia dejaron de lado sus vidas por servir a nuestros compatriotas”.