ARAUCO cierra temporada de incendios con saldo positivo

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Mayores recursos para combate, mejor coordinación, cortafuegos y cinturones de protección, y un rol activo de la población en el desarrollo de planes de prevención comunitaria explicarían el alentador balance.

TALCA.- Un positivo balance es el que deja el cierre de la actual temporada de incendios rurales. Aun cuando la ocurrencia aumentó cerca de un 14%, comparado con la temporada anterior, las hectáreas dañadas a nivel país bajaron radicalmente de 569.600 en el periodo 2016-2017 a 35.998 en la temporada 2017-2018. Estos alentadores resultados entregados por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) son compartidos por la empresa forestal ARAUCO, compañía que todos los años destina grandes recursos en los ámbitos de la prevención y combate de siniestros. En el caso de ARAUCO, las hectáreas afectadas del patrimonio propio alcanzan las 627, muy por debajo de las 72 mil hectáreas de plantaciones y 15 mil de bosque nativo, dañadas en la temporada anterior.

“En materia de combate, se aumentaron los recursos, se innovó incorporando tecnología y combate nocturno, más de 1.300 brigadistas, se incrementó en un 40% la disponibilidad de agua, se sumaron más de 1.800 kilómetros de cortafuegos y 466 kilómetros de cinturones de protección en cerca de 300 localidades vecinas”, señaló Patricio Eyzaguirre, Subgerente de Comunicaciones de ARAUCO.

Lo anterior explicaría el positivo balance de la actual temporada, a lo que habría que sumar el aprendizaje alcanzado en el periodo anterior.

“Ha sido una temporada intensa de trabajo. Lo vivido el año pasado nos llevó como compañía a innovar y a renovar la forma de enfrentar los siniestros. Es así como nació el Plan de Renovación Forestal, una estrategia integral que además de abarcar la prevención y el fortalecimiento del combate, destacando por cierto la coordinación con actores público-privados y la participación activa y permanente de las comunidades locales”, explicó.

PREVENCION CLAVE

Del mismo modo, el factor de la prevención resulta clave en este trabajo, demandando no solo esfuerzos públicos y privados, sino que además y en un rol protagónico, el involucramiento de las comunidades.

“En prevención, hay que destacar el trabajo mancomunado entre el sector privado y el mundo público y comunitario, lo que se tradujo en planes de acción preventivos y educativos efectivos que nos ha llevado a tener resultados auspicios como país”, señaló Eyzaguirre.

Prueba de ello es el trabajo desplegado por la Red de Prevención Comunitaria en casi 300 localidades y donde han estado participando numerosas entidades públicas y privadas, además de los propios vecinos de los territorios, identificando riesgos y adoptando las medidas necesarias para mitigarlos y/o eliminarlos.

Por lo mismo, la apuesta es por seguir esta senda, sumando voluntades y articulando coordinadamente capacidades y recursos de distintos actores para juntos estar mejor preparados para enfrentar este tipo de emergencias.

“Tenemos la convicción de que ésta es la forma para avanzar de manera efectiva en la prevención y combate, asumiendo además la necesidad de disminuir la ocurrencia de incendios que sigue siendo alta”, concluyó.