La enfermera y jefe de la unidad de gestión de atención prehospitalaria de SAMU Maule, Sofía Rodríguez, comentó que solicitudes de emergencias del nivel 131 varían según la época del año, es decir, en verano es relacionada más con accidentes de tránsito o por inmersión, mientras que en invierno se refieren a enfermedades crónicas. Además, explicó como es la atención del servicio, desde que se recibe la llamada de emergencia hasta que el paciente está en la ambulancia de SAMU.
TALCA.- Se las ve moviéndose de lado a lado, todo el día, yendo a cada emergencia o urgencia donde les sea destinada, con su inconfundible forma de color amarillo. Su labor es anónima, de gran servicio y vocación pública, pero por sobre todo de gran utilidad. Pero también reciben “el pago de Chile” por parte de los usuarios que, desconociendo como funciona el servicio, expresan generalmente de malas maneras o formas su descontento por seguir ellos sus protocolos internos. Pero, tras el vehículo y de quienes van en ella hay mucho que como ciudadanía desconocemos.
Según nos comenta en conversación con TVMaulinos la enfermera y jefe de la unidad de gestión de atención prehospitalaria de SAMU Maule, Sofía Rodríguez, hay muchas cosas más que no se ven, más allá de la ambulancia que todos conocemos.
Comienza la profesional señalando que “todas las emergencias se concentran en el Centro Regulador SAMU, donde se concentra la llamada regional del teléfono 131, desde donde se despachan a las bases pertenecientes a la gestión SAMU”.
“Cualquier persona que marque la línea 131 y esté en nuestra región, va a caer en este centro”, explica Rodríguez, agregando que “lo que hace la central es la coordinación de los dispositivos SAMU repartidos en las 12 bases existentes en el Maule y a los 18 equipos operativos en total que existen en la región”.
“Este centro -prosigue la coordinadora de SAMU- permite que gracias a la tecnología que todas las llamadas terminen en un centro, siempre y cuando el mismo cuente con el personal necesario para la cantidad de llamadas que se calculan que podrían llegar. No importa donde esté actualmente el centro regulador del SAMU, incluso podría estar afuera de la región, pero debe contar con el personal preparado para escuchar las solicitudes de emergencias, darle el soporte necesario y tener los medios para activar los despachos de las ambulancias que están en el lugar donde la persona llama”.
Las ambulancias que posee SAMU en el Maule son las llamadas M-1 (básica) y M-2 (intermedia), no existiendo en la actualidad una M-3 que es la más avanzada de todas y que es medicalizada -y que solo está en Santiago-; es decir, esta última unidad cuenta con un profesional médico de profesión abordo y que es “casi una réplica de lo que puede haber en un box de una unidad de emergencia” de un centro médico, para atender de inmediato la estabilización del paciente en el lugar.
La diferencia entre la M-1 y la M-2, en lo humano no hay gran diferencia, debido a que van “enfermeros en su gran mayoría y kinesiólogos preparados como reanimadores. Previamente reciben una preparación de varios meses -teóricas y prácticas- y, una vez listos, forman parte del equipo SAMU. Todos, incluyendo el conductor de la ambulancia, están especializados en atención prehospitalaria”.
Lo que distingue entre una u otra ambulancia SAMU de la región reside que en el caso de la M-3 tiene un médico a bordo, en las otras no existe y están a cargo de kinesiólogos o enfermeros. En las demás características son prácticamente iguales.
“La idea de cuando llega una ambulancia SAMU al lugar es que haga la estabilización inmediata en el mismo lugar -donde está la ambulancia-, y eso es lo que muchas veces la gente no comprende”; explica la encargada de SAMU, expresando que uno de los alegatos más recurrentes en el servicio es “¿Por qué la ambulancia no se va luego al hospital?”. Esto marca la diferencia en el actuar de una ambulancia en la década de los noventas, donde se subía al paciente y se partía de inmediato al centro médico, con el procedimiento que se hace hoy en día.
“Antes de SAMU, lo que se veía era solo una ambulancia y, quizás, con un paramédico; con suerte con el chofer. Hoy en día la ambulancia llega, recibe al paciente, se estabiliza y, una vez estabilizado, se parte al centro asistencial”.
Respecto a las asistencias médicas que realiza SAMU, esta va “desde el neonato crítico, el pediátrico, hasta el adulto crítico, pasando por todas las patologías que el paciente pueda tener”.
Las solicitudes de emergencias del nivel 131 varía según la época del año. “Generalmente en las épocas estivales aumentan los accidentes de tránsito, por inmersión, y los accidentes por trauma. En invierno aumentan los casos de patologías respiratorias, complicación de los enfermos crónicos, casos de pacientes diabéticos. Respiratorias, diabéticos, considerando los cambios de temperatura y de las enfermedades propias del invierno”.
Reconoce Rodríguez que “aun no se ha visto, hasta el momento, un aumento de lo que se espera en invierno de las enfermedades respiratorias. Quizás sea porque no ha habido temperaturas muy bajas, cercana o bajo los cero grados”.
Para decidir qué ambulancia va a cual o tal emergencia previamente pasa por un proceso de categorización, con el fin de poder administrar de mejor manera las tres ambulancias que posee en el caso de la comuna de Talca ante las necesidades que puedan presentarse.
“Cuando la persona llama al SAMU, la atiende un radioperador que atiende ese llamado según un protocolo de atención, con tiempos establecidos para realizar esa labor. El protocolo está establecido por una entrevista rápida, con preguntas preestablecidas., que apuntan a determinar si hay una urgencia vital inmediata.”, explayando la profesional que las preguntas apuntan si está respirando la persona afectada, si puede hablar, si sangra, si tiene dolor y, si lo tiene, es intenso o no.
Lo anterior da un puntaje, que determina el “score” de la llamada, lo que determina si es una urgencia prioritaria o es una llamada que puede esperar o, eventualmente, es una llamada que no es pertinente para SAMU y que debe ser resuelta por el propio usuario.
Finalmente, “el score es transmitido al equipo de reguladores, que en este caso son siempre tres equipos, las 24 horas. Está compuesto por un médico regulador y dos profesionales reguladores, pasando toda llamada ante ellos, dependiendo del resultado del puntaje de la llamada asignada, que definen el recurso si es una ambulancia SAMU o puede ser una ambulancia de hospital o de atención primaria”, coordinando así el trabajo entre las ambulancias SAMU y las restantes del servicio público, estando estas últimas tan preparadas profesionalmente como una de nivel SAMU.
Por último, Rodríguez señala que la línea 131 es para emergencias y no para otras actividades médicas, como solicitudes que pueden esperar. “Por ejemplo, a veces entran llamadas de una persona que tiene un yeso puesto y tiene control con el traumatólogo en el hospital, pero como tiene un yeso que le llega hasta la cadera y no entra en un vehículo normal, desea una ambulancia para el traslado. Eso no es una emergencia para la línea 131, porque no es una emergencia vital. Entiendo que necesita esa persona una ambulancia, pero para eso debe coordinarse con los teléfonos del hospital para solicitar la unidad de movilización correspondiente. Y eso nos pasa frecuentemente, pero no son urgencias médicas”.